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Dado que las muñecas suelen ser imágenes de personas reales y desde un principio tuvieron un claro propósito educativo, los accesorios eran importantes. Las muñecas necesitaban ropa, muebles y otras cosas que usamos los humanos. Al mismo tiempo, también debían educar a las niñas, casi exclusivamente niñas, para ser madres y cuidar de un hogar. Podían hacerlo jugando con las muñecas y los accesorios. Hoy en día, esto también puede decir algo sobre su época.

La muñeca con el vestido rosa en la esquina izquierda es de finales del siglo XIX. Su cabeza es de porcelana bisqué y el cuerpo, cosido a mano, es de cuero auténtico. Lo que distingue a la muñeca es precisamente su gran cantidad de accesorios. Nada menos que diez vestidos bien cosidos con hermosos detalles y una gran cantidad de accesorios, sombreros, cajas, babydolls, calzadores, zapatos y porcelana. La gran maleta marrón del fondo también pertenece a esta muñeca. ¿Quién pudo haber sido el dueño de esta muñeca? ¿Quizás viajó con su dueña y necesitó su maleta con varias mudas de ropa? Quizás funcionó como una copia de su dueña o de su padre o madre.

Otra de las muñecas en la exposición viste un traje tradicional sueco, a pesar de estar hecha en Alemania. Los fabricantes alemanes de muñecas solían coser trajes típicos suecos para las muñecas que se exportaban.

El armario de ropa blanca, en la parte inferior izquierda, está increíblemente bien hecho y probablemente es casero. Aquí, alguien dedicó mucho tiempo y cariño a coser y bordar monogramas en la ropa blanca que se encuentra en el armario; quizás una abuela que quería hacerle un bonito regalo a su nieto. La gran maleta tipo armario al fondo es un modelo de la llamada maleta americana, popular entre quienes podían permitirse viajar cómodamente a Estados Unidos. O entre quienes solo podían soñar con hacerlo. Muchas de ellas probablemente también han sido heredadas y cuidadas durante varias generaciones.